Cyril Ramaphosa fue designado hoy nuevo presidente de Sudáfrica por la Asamblea Nacional en sustitución de Jacob Zuma, que anoche dimitió tras un ultimátum de su partido.
Dado que ningún otro candidato le disputaba el puesto, el hasta ayer vicepresidente, Ramaphosa, fue declarado automáticamente como nuevo jefe de Estado, sin necesidad de votación.
EX SINDICALISTA Y ACTIVISTA ANTIAPARTHEID
De la proclamación se encargó el jefe del Tribunal Constitucional, Mogoeng Mogoeng, quien presidía la sesión, tal y como dicta la Constitución.
Ramaphosa había sido nominado por su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), gobernante en Sudáfrica desde el fin del apartheid y mayoritario en la Cámara.
Así, este antiguo sindicalista y activista antiapartheid se convirtió, a sus 65 años, en el quinto presidente de la historia democrática de Sudáfrica.
“Cuando uno es elegido en esta clase de posición, básicamente se convierte en un servidor del pueblo de Sudáfrica”, transmitió Ramaphosa, en su primera intervención tras la elección.
“HUMILDAD Y DIGNIDAD”, PROMETE
El dirigente agradeció la oportunidad y prometió que, bajo su mando, el interés de Sudáfrica y de su pueblo irá “primero” en todo lo que se haga y que se comportará con “humildad” y “dignidad”.
También se comprometió a trabajar para paliar la corrupción, mejorar la economía y buscar la unidad del país, aunque explicó que los detalles de sus líneas de Gobierno los expondrá mañana, cuando se encargue de dar el discurso sobre el estado de la nación en la misma cámara.